Mi propia experiencia en chat es más vale ninguna.Si soy afín al mail, más parecido al sobresalto del cartero tirando el sobre por abajo de la puerta y su paquete de palabras. La palabra escrita tiene,indudablemente, otro rango.LLega, por qué no, más lejos, más hondo que la palabra atenuada por la cercanía de los cuerpos, esa realidad que por su insoportable tensión, sólo puede ser tolerada de a ratos.No creo en el amor "romántico", en el embelesamiento continuo, en el "hasta que la muerte nos separe". He amado con pasión y a esta altura prefiero la certeza. Una cuestión de tiempos, una cuestión de ahorro de energía.Apasionadamente o no, aceptar "un otro" es relegar un poco de uno mismo.
Pero gran tema lo que sucede en el chat con "uno mismo", ese "uno mismo" que puede medir distancias, pautar entregas, desenchufarse, apagar, interrelacionarse , alternar simultaneamente con otros, disfrazar la traición, pues no hay ni casi seguramente no habrá contacto con ellos.Hombres y mujeres en los foros del "amor seguro", regulando la entrega, defendiendo el hoy, preservando el después, incontaminando esos vínculos pluscuanperfectos, por sobre los vínculos del contacto y su desasones.Esa "confusión" que lo hace preferible a la realidad misma, ese recorte en el cuadro del monitor que sin embargo no deja de tener realidad, pero es algo más y algo menos que la realidad misma, o al menos, una inscripción distinta de la realidad , un impulso subjetivo sin miradas húmedas,ni tonos de voz, ni olores, una relación que nos deja a solas con nuestra propia piel y su frío, y su calor, y su soledad.La palabra en chat tiene una carga narcicista que habilita cualquier vuelo, cualquier desenfreno del inconciente a la conciencia. Hombres y mujeres huyendo de la rutina de la vida real se refugian en camuflados , lejanos, imaginados interlocutores para quienes se montan escenarios del inconciente desenfrenadamente saltando fuera(dentro de la encuadrada pantalla de cuyo límite no es posible salir). Y digo esto, a esta altura sostengo esto porque aunque yo misma como ya dije, no lo practique, sin embargo me entero de las sensaciones y los problemas, y los celos, y las tensiones y las anagustias que otra gente siente a partir de sus relaciones en chat, o de las relaciones de sus parejas en chat con otras personas, las conozcan fisicamente o no, exista la posibilidad de conocerlas o no. Y digo esto, porque basta entrar a un ciber para percibir tras el frenético tecleo los galopes de las sensaciones que las palabras provenientes de una imagen imaginaria, creada a la medida de la propia imaginación provocan¿Cuánta alienación contiene esta necesidad de la distancia en este juego del acercamiento? El chat es un vínculo ¿pero cuál?¿pero cómo?¿pero en qué se sostiene esa necesidad de "estar"con otro que no está?Insisto en mi tesis del narcicismo.Insisto que la distancia del objeto "real" habilita una recreación (casi diría una retracción)sobre sí mismos, una relación imaginaria, sostenida en supuestos que reproducen "ajenidad", alteridad. Vínculos fuertísimos sostenidos en la propias creaciones y que interrumpen, obstaculizan, se contraponen a los vínculos contactuales con sus choques.
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