Tuesday, March 20, 2007

¿ahora también volás?

por distintas razones hace unos años tuvimos que ir a vivir a un FONAVI. Esa es una experiencia de la que personalmente no renegaré nunca. Tanto y por distintos motivos sucedió en mi a partir de eso. Definitivamente, creo , eliminó toda posibilidad de vuelta atrás en mi elección de clase, por si las dudas todavía fuera posible, a pesar de que no llegué al FONAVI gratuitamente.A pesar de que mi "foja de servicios" ya era bastante abultada a esas alturas.
Pero para quien nació- y se crió- en una familia de clase media alta,vivió siempre en el centro,y además era la única mujer y la más chica de tres hermanos, las oportunidades de "boleto" de regreso no fueron pocas. Es cierto que por mi propio mérito adquirí un título terciario y uno universitario, es cierto que por mi propio mérito elegí entre "la academia" ,la niñez,es cierto que por mi propio mérito(y a pesar de "mi abultada foja de servicios")aprobé los ascensos.Es cierto, que lo que por mi propio mérito pude haber aportado, también me hubiese servido-les sirvió a otros-para darme la vuelta. Pero no.Hice una elección de clase, de una que no me pertenecía por nacimiento,que es mía por elección,y eso,como no, acarrea no pocas contradicciones.
El FONAVI "por dentro",lo que era nuestro territorio,el que nosotros(el que yo) construía para mi propia familia no era como los otros.Eso lo decían absolutamente todos los que nos visitaban.
Y de esto se trata este recuerdo: en cuanto lo pensé por dentro,con cuantas contradicciones quise que ese lugar estuviese preservado de un afuera tan marcado,con cuantas ganas compré pintura blanquísima para las paredes y un rosa fuscia para las aberturas(un vecino me dijo que en los años que había vivido en el FONAVI,toda la vida,nunca había visto de que a alguién se le ocurriera pintar las ventanas de ese color). Claro que hoy prima en mí que todos los afueras están marcados,que todos nos entornan y encierran,que toda liberación es interiror. Pero esa era la primera vez que me corría del centro a un barrio, y entre los barrios,a uno como ese. Esa era la primera vez que haría desembarcar a mis hijos en un entorno tan opuesto al que yo misma me había criado y en el que había vivido hasta entonces.
Mi hijo me acompañó a pintar nuestro departamento antes de que llegara el momento de instalar nuestras cosas allí,y por algún motivo tenía que irse antes que yo: -"Seguro que mañana cuando vuelva ya habrás terminado todo"-me dijo.
Se,me acuerdo lo que contesté esa vez,porque lo que contesté esa vez vuelve a mí ante cada desafío,en los que en general termino cediendo ante mi misma.-"No,vos te crees que yo soy la Bati-mujer".
Sé lo que me contestó esa vez.Sé que esa respuesta de ese momento es una clave que no me toca a mi desentrañar: "No, pero casi".
¿Y ahora también vuelo?Capaz, quién sabe.A veces puede parecerlo, pero no vuelo.Apenas camino sobre mis propios pies. Fue en el FONAVI, por circunstancias de alguna forma ajenas, pero tan relacionadas, fue allí precisamente en el FONAVI donde aprendí a llorar, donde a prendí a no poder, donde aprendí-tuve que aprender-a resignarme.
Corazón a la plancha
amor en costeleta
cocinada,
ardiente,
muerta.
Sobreviviente de las más absurdas
aventuras de interiores,
encuentros
de los que para siempre,
definitivamente ansio
estar a salvo.

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