con 28 años de antiguedad en la docencia, ir gratis a trabajar los sabados¿es enfermedad?En ese espacio "extraescolar" me reencuentro plenamente -sin planillas,ni proveedores,ni ministerios,ni burocracias.-con aquello que profundamente amo y me retiene en las escuelas:lo niños.Podría haberme dedicado a la educación universitaria,o antes, si hubiese seguido el mandato familiar explícito ,sería abogada, y posiblemente hubiese heredado el registro notarial de mi padre, y viviría otro mundo sellando propiedades. Pero una tarde de un sábado como hoy,en una villa, hace tantos años, los curas tercermundistas daban "Operación Masacre", a grandes y chicos, como se acostumbra en las villas... Y yo me incliné por responder a los niños, y yo descubrí,esa tarde, que lo que quería es ser docente. Es muy importante saber lo que uno quiere ser, es muy importante saber lo que uno quiere hacer. Tengo esa suerte de caminar la vida con certezas. Certezas de amor,certezas de odio, certezas de abandono.Saber qué quiere uno de uno, que espera uno de uno(sobra decir que mis decisiones sobre mi vida fueron pocas veces celebradas por mis padres)es la única manera de estar a mano ,en paz,y por qué no, felíz. En términos económicos, mi elección no es el modelo del éxito. El éxito tiene en mi otra huella:es esto de que el Responsable Ministerial de la Región diga:Yo sé que trabaja bien,la Ministra sabe que trabaja bien(y además su opinión no me importe)y llame al mismísimo gobernador y le diga que mande los fondos que estamos pidiendo para la escuela.Eso es estar en paz con uno:que los iguales nos respeten,y los opuestos nos respeten, ya además,nos teman.
Taller de los talleres para que se produzaca mediación:enetre mis chicos, alienados del sistema no hay mediación,no hay sublimación:Cuando no te quieren te pegan y cuiando te aman se te adosan.
Hoy Alexis no pateo la tapita.Volvió al taller despúes de algunos días de no hacerlo.Hizo un magnífico retrato artístico de Van Goth. Eso hizo Alexis hoy. Y no puteó a nadie, y no pegó a nadie.Y Gabi y Leisa estuvieron concentradas pegando lentejuelas a sus caderines para bailar danzas árabes, y no vagaron sin rumbo de un lado a otro. Eso pasó hoy. Y a la hora de repartir la merienda, nadie se abalanzó sobre el otro. Con alegría, con compañerismo, se merendó tranquilos,cantando y haciendo chistes. Puede parecer un modelo bastante acotado para medir el éxito,pero este es el éxito para mí.Estos jóvenes que sábado a sábado construyen este espacio,que ceden su tiempo, que preparan sus trabajos y sus propuestas para abrir ese delicado, precioso espacio de la palabra.Este es el éxito que justifica el cansancio de mi cuerpo, los glóbulos rojos por el piso, los mareos a los que me sobrepongo.
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