Sunday, June 08, 2008
Revolucionarios,hombres,íconos y trampas...
Escribir para que "otro te lea" es incómodo.Te obliga a acomodarte al otro. ¿Para que escribir,entonces,si no hay un otro?Hay cosas que uno quiere,necesita decirse a si mismo. Tengo cientos de papeles prolijamente ordenados "diciéndome" todo lo que he necesitado decirme. Escribo desde muy chica. A veces, mis escritos llegan más o menos masivamente a otros. A veces (a pesar de que la mayoría son escritos políticos),emocionan a otros. Como cuando escribí para el aniversario de Carlos Fuentealba.
Ahora tengo un sentimiento complicado.Es complicado porque no es confuso.Es claro:Detesto esta estatua del Che. Detesto este Che de rasgos duros y brazos caidos¡brazos caidos!El Che con brazos caidos es un ícono demasiado fuerte, demsiado controvertido, es un producto mismo de la posmodernidad. Ni siquiera hubiese exigido que llevara un fusil. El Che es el Che aún sin fusil. Pero una inmensa mole de bronce de brazos caidos es decididamente una bastardeada.Sernelli¿no será demasiado?(Sernelli es "el artista" que hizo la estatua). Por otra parte, el Che detestaba las estatuas.
A la vez, está claro que esto que la estatua me provoca a mí, no es lo que le provoca a la gente, que ni siquiera reparan en que el Che de brazos caidos no puede ser el Che. Para la gente es como una pequeña revancha, es como si el Che mismo, rosarino(aunque por azar) y Canalla, hubiese vuelto a su patria. Entonces me gusta la cara de la gente, la gente que está contenta, la gente que lloraba emocionada,la gente que no pensé encontrarme recibiendo a la estatua del Che.Entonce, en la cara de los otros, me miro y me encuentro con el Che.Y capaz, digo, en eso se salde todo.Si en ese masacote de bronce que para nada puede representar al Che,la gente se encuentra, ¿será que el Che, a pesar del pestilente posmodernismo, aún anda entre nosotros?
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