Tuesday, February 19, 2008

cadenas...

una època en que me decidí a ahorrar. Fue después que por el Plan Austral perdimos el departamento frente a la Plaza López y terminamos viviendo en el FONAVI. Muchas veces pensé que hubiese pasado si eso no hubiese pasado. Mis conclusiones siempre terminan en la mismo: Económicamente hubiese sido más "kitch" (no puedo calcular exactamente cuanto) pero me hubiese perdido varias vertientes que convirieron mi vida en algo particularmente interesante. Pero de lo que quería hablar no era de eso. El tema es que cuando venía ahorrando bastante , una ecografía denunció unas manchas "acá", o tal vez mejor debiera decir "allá", pues ya no tengo ni las manchas ni ese pedazo de mi en la teta derecha y a eso fue a parar parte de mis ahorros... Cuando uno perdió un pedazo de sí,en carne propia, es propio que se replantee que tal vez tener dinero para ahorrarlo no es lo mejor que pueda hacerse con él y busca alternativas. Fue así que cumpliendo el sueño de mi vida, viajé a Cuba, y entre otras cosas pude descubrir que la realidad es dificilmente compatible con los sueños, lo cual por supuesto jamás me desanimó en lo más mínimo para seguir soñando.
Yo había leido que alguna gente como yo, absolutamente igual a otra, sin nada particular para distinguirse en un lugar como Cuba, no obstante había tenido la oportunidad no sólo de conocer, ver de cerca a Fidel, sino incluso, cambiar alguns palabras con él. Pensé que eso tenía que pasarme a mí, y lo pensé hasta tal punto que le pedí a mi sobrina que trabajara sobre mi camisa ombú, una camisa de trabajo, con el dibujo de una latinoamérica unida,y lo hizo. Y esa camisa me puse el día que después de 20 días en Cuba, iba a ir a escuchar el discurso que Fidel iba a hacer para todos los que habíamos asistido al Congreso de pedagogía, que a eso, entre otras cosas fui. Hice 4 horas de cola frente al teatro "Carlos Marx" y pude ubicarme a cuatro escasas filas del escenario. Las piernas me temblaron cuando el enorme telón rojo se abrió, y el buró político cubano en pleno, con su Comandante quedó al descubierto.
Entonces comenzó el discurso, que agotó todas mis previsiones de cinta puesto que duró 5 horas.
Comenzó hablando quedamente. Pensé "está viejo". Lo que decía no parecía tener mucha hilación con lo que seguía y me era difícil prever en que iría a terminar. A poco de hablar la atención general del público comenzó a dispersarse, aunque no cesaban unos y otros fogonazos fotográficos. Yo no me disperso facilmente y por nada del mundo me hubiese distraido en una oportunidad como esta. Fui desubriendo el hilo del relato, dirigido a la vez a distintos niveles de comprensión del público, y me dí cuenta de que ni estaba viejo ni mucho menos divagaba.Que el discurso terminó exactamente en el punto donde había empezado el dearrollo y que era de un cierre perfecto. Que sabía exactamente adonde quería llegar, cuando conmover, cuando hacer reir, cuando sorprender, e incluso, cuando poner en evidencia la más pequeña distracción de su gabinete que no pudo seguirlo en las complicadas cuentas que hizo frente a todos en relación al ahorro de energía que significaba para Cuba el uso de un sistema de corriente Chino, que estaban incorporando, en relación al que traían.
LO que voy a contar ahora puede ser tomado como una fantasía de blog, con la impunidad que el aire brinda, pero fue rigurosa verdad.
Cuando Fidel hablaba de la forma en que tenían de practicar su internacionalismo, abriendo sus universidades a jóvenes de todo el mundo, y mandando sus científicos y educadores a todos lados donde los quisieran recibir, dijo también que no hacían esto por quisieran hablar de socialismo o de comunismo. Que iban a hacer esto no porque quisieran meter el marxismo de por medio...Que lo hacían por hacer.Porque esto era Cuba, porque esto era hermandad...
Una voz-que sin dudas era la mía-se me escapó antes de que pudiera controlar que era lo que estaba exactamente haciendo. Grité:"Háganlo, compañeros". Y si bien hasta a mi me asombra un poco que mi voz se me haya adelantado, no me sorprende para nada lo que dijo, pues efectivamente es lo que pienso que los cubanos tenían que hacer:Hablar de socialismo, hablar de comunismo, hablar de marxismo.
Dije ya que estaba sentada a escasos metros del escenario. Esto hizo que Fidel pudiera escucharme claramente ¡y que buscándo con la mirada el lugar de donde provenía la voz, preguntara "¿Cómo dices?", sintiéndose seguramente interpelado.
De lo que devino que en pleno teatro "Carlos Marx" de Cuba, con cientos de personas clavándome la vista tuve que contestar al propio Fidel Castro, lo que efectivamente pienso: "Que lo hagan compañeros, que le hablen de marxismo, de socialismo, de comunismo,si no lo hacen ustedes ¿quién lo va a hacer sino?"
Debo confesar que su respuesta no me gustó para nada ,pues me miró fijamente y dedo en alto me mandó un terminante :"NO, no lo vamos a hacer".
No sé lo que pasó en los minutos que siguieron. Me concentré en el fondo de mi asiento a reflexionar sobre el grado de locura que me atravesaba como para ir a desafiar al Comandante Castro en persona en su propio país, lo cual es, en algún sentido , una prueba más de la libertad de pensamiento que hay en Cuba, pues como ven, acá sigo, de lo más viva.
Hoy el Comandante Castro renunció a la presidencia. Leí temprano su discurso y lloré, y el llanto me acompañó todo el día, cuando distintos compañeros me fueron llamando para comentarlo. No creo que Fidel haya reunido en él todas las cualidades que reunía el Che. No creo que en el mundo su figura pued igualarse a la dimensión que con justicia adquirió el Che, pero sí creo que Fidel no dejó nunca de ser un antimperialista consecuente, un hombre de bien, un honesto revolucionario y si no pudo hacer más, es porque aquello que no se desarrolla tiende a estrangularse, y para que se desarrollara más, mucho más de lo que hicimos debimos haber hecho nosotros... Eso creo. Y conmigo no hay socialismo del Siglo XXI que cuadre. No estará por el momento a la vista, tal vez pase un siglo para que reaparezca con la fuerza que tuvo, pero volverá, y volverá para quedarse sin los vicios que lo carcomieron, con la madurez que da el dolor , simplemente porque la humanidad se merece otro destino.
Comandante Fidel Castro ¡Presente! ¡Hasta la Victoria Siempre! Patria o muerte, venceremos.

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