Sunday, August 19, 2007

Lejos de "Tucumán arde"...

Fui a ver el VI Salón de ¿Arte? del Museo del Diario La Capital en el Museo Castagnino. Fui casi exclusivamente porque Juan Angel participa en la muestra,junto con su amiga Valentina(una chica que dice que le gustaría conocerme) en la sección de ¿robotitos? o algo por el estilo. NO fui el día de la inaguración porque el cansancio había vencido a toda mi disposición a ir. Pocas veces me dejo vencer por el cansancio, pero esta vez el cansancio no me dió tregua:me venció a mi. No fui en sí,para ver como era el robotito. Por muchos días hubo por toda la casa rastros del robotito,chorros de pintura en el piso,en los tenedores,en el teléfono, detalles que Juan Angel no puede entender como pueden molestarme, y además había visto la foto del robotito.No fui porque desconfiara de que el robotito estaba efectivamente en el Castagnino. Fui como voy siempre hacia Juan Angel, tratando de descifrar los códigos de tribu entre los cuales se mueve,de comprender su estética, que seguro es una cosa más general que él mismo,de entender porque el robotito le resulta tan importante a él y a otros chicos como él...
Confieso que con todo, la sección(ahora mismo no sé si sección se escribe así, así: sesión o así:seción, pero no le hace)de los robotitos era, en algunas de sus expresiones-me gustaría remarcar y que quede debida constancia de lo de algunas- lo que más en mi opinión podía tener que ver con algún parentesco aunque más no fuera ,lejano, con aquello que algunos llaman arte... 99% aplastante de todo lo demás,ni siquiera disimulaba su intentona mercantilista y globalizadora. Me imaginé a los jóvenes atrincherados tras su propia narcisa autoestima "marcando estilo", imponiendo objetos de uso cotidiano, ornamentas de casas sofisticadas o fachadas sofisticadas,tanto, que terminan todas por parecerse. Ingenioso, eso sí, lo de las joyas ,los cubitos desplegables que no "sirven" absolutamente para nada...rayan entonces en lo artísitico,raras piezas capaces de decirle algo a alguien. No faltaba el stande de locos matriculados,esos que están con chapa y todo internados en Oliveros. ¡Qué bueno!¡Larga vida a Pichón Riviere, a partir de lo que se demuestra una vez más que los locos con chapas son capaces de producir tanto y mejor que los locos sin ellas!
LEJOS DE TUCUMÁN ARDE Eso es lo que sentí caminando el Museo, en ese Museo donde lloré a Berni y su Juanito Laguna, en ese Museo en el que recorrí a Salvador Dalí y sus espejos de Alicia, en ese Museo donde Beatrice estuvo alguna vez, y también, "Tucumán arde".
Sion duda,generación de leche descremada, intelectuales a media pila y sin entusiasmos para cambiar el mundo, apenás,con un cacho de histrionismo y habilidades comerciantes.
¿Y Valentina? Una composición que evidencia al menos,disciplina,esfuerzo...
Me pregunto preocupada a cuantos chicos contiene ese mundo, el de ese código,cuánta felicidad acarrea y cuánta angustia, apenas unos minutos antes de volver al FONAVI-Beach,donde los chicos transitan mundos tan diametralmente opuestos.

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