"Todavia estás linda"
Eso me tiró el morocho de bigotes que me cruzó hoy por calle San Juan,la calle de las putas, y hay que decirlo, el morocho en cuestión no estaba nada mal.Pero el punto no es ese,claro,porque no soy sensible a travar relación con los morochos que me cruzo por la calle,sobretodo cuando la "relación"viene planteada como esa.Cuando la cosa viene así ni siquiera contesto, desde hace creo que ya un montón de años,cuando me pareció que empezaba a envejecer y sin embargo un morocho en moto, a la vuelta de la escuela donde trabajaba en Gálvez me cruzó con un :"Perdón,vos estudiás psicología" y me dió tanta risa porque esa forma de abordaje era la propia de cuando yo era adolescente y parece que tenía cara de psicología(los chicos de la barra de Ludueña,mis amigos a los 17,por ejemplo, me decían "la psicodélica")y entonces a pesar de que era una época de la vida que estaba lo que se dice al horno, y creia que no había vuelta atrás, va que el morocho en moto me cruza y me larga esa.El morocho insistió en esperarme a la salida de la escuela un par de veces y hasta acepté tomar un café en una ocasión,pero nada más porque aunque era polentón y bien parecido y yo estaba francamente sola,y para nada nadie podría incluirme precisamente en la legión de las mogigatas, nunca pude disociar y privilegiar ese aspecto por sobre que es uno en la vida,a qué se dedica,qué piensa, fuera a durar el encuentro muchos años, tres noches o un par de horas.
Bueno.Pero eso fue el ayer y lo del morocho hoy fue hoy, y me dejó una sensación más vale extraña, porque inevitablemente me siento envejecer,me cuesta apasionarme con lo que hago si bien lo hago en general bien,sin desprolijidades,con capacidad de inventiva que es capaz de cosechar reconocimientos, pero en el plano "ese", el que es fácil deducir que el morocho aludía, hace unos años(para decirlo con exactitud,desde el 2001)que decidí no extenderme del plano de lo conocido y pautado y esa no fue una decisión que me dejara triste,sino por el contrario fue una desición que me aportó tranquilidad,pero claro, hay que reconocerlo, significa también una renuncia, un reconocimiento de que cierta etapa de la vida había culminado.
NO es que después de eso no hubiera ningún otro episodio como el de hoy.Recuerdo,por ejemplo, un tipo bastante más joven que yo con unos ojos turquesas del orden de lo increible que conocí en la facultad de psicología y del cual,coherente con la posición anterior, me abstuve sin más trámite sin que nada parecido al arrepentimiento me acosara.
El tema es que yo misma, al vestirme hoy para enfrentar el calor de la jornada,tuve esa sensación sobre mi misma.Y no me puse descocada,no, que no es mi estilo.Tenía un pantalón y una blusa negra,nada del otro mundo,y sandalias bajas,como siempre.
Entonces digo,al margen del morocho,en misma,tal vez esta ventana ,este pequeño escritorio de campaña ha modificadop mi sentido del humor como para que este trascienda más allá de mi?Es una hipótesis. En ese caso la tecnología es francamente admirable y el consumo sería realmente capaz de aportar ese sentimiento de poderío,lo cual significa,desde otras lecturas y contextos que estamos francamente fritos y sea como sea el capitalismo es invatible ya que se ha metido así hasta en mi misma.
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