"el optimismo de la voluntad...

...y el escepticismo de la razón".Eso decía Gramsci.
Y claro que ser infeliz es contrarrevolucionario.
Pero en algún momento, cuando la vida aún no nos había golpeado tanto, Laura y yo afirmábamos eso que poca gente afirma: -"Yo soy feliz"-solíamos decir. Eso nos hizo entrañables hermanas del alma.Pero la vida nos dio duro. NO nos declaramos "infelices", ni siquiera "insatisfechas".Si no nos gustara lo que hacemos, haríamos otra cosa.
-"Tu vida es tu vida y bastante lo has demostrado"-me decía Beatrice.
Simplemente eso, que la vida pega con su paso, y deja huellas.Y persistimos con el optimismo de la voluntad, y las marcas de medio siglo arriba, y eso no es poco.
Que empezamos a pensar en la vejez y en los achaques y en los destinos, y en la muerte como algo propio, porque la vida tiene necesariamente un ciclo y ambas hemos perdido ya a mucha gente en ese ciclo y aún, horror,por fuera de él...
Una noche sólo propia de nuestras vidas, hace tantos años, Laura, Lili y yo,brindamos por "los amores irremediables", y después, quien lo diría,tendríamos que llorar la ausencia de Lili día a día...