Monday, January 07, 2008

casi 4 décadas atrás

yo era una adolescente e iba a la escuela secundaria.Hasta 3er año iba al Liceo Avellaneda, conocido en esa época popularmente como la "Legión extranjera", porque allí íbamos todos los chicos que no querían en las otras escuelas, que habían repetido año, que los habían expulsado por mala conducta u otras cualidades que los hacían indeseables. No fueron esas las razones , sin embargo, por las cuales mis padres eligieron de entrada, recién salida del sexto grado(en esa época era así,sexto)esa escuela para mí. La eligieron porque su coherencia ideológica les decía que la escuela tenía que ser pública, y porque de las secuandarias públicas, era la más cercana a mi casa.No buscaban otros atributos educativos, pues creo que seguramente mis padres no pensarían que mi cultura o mi futuro dependiera de la escuela.Mi cultura y mi futuro era algo que debería pasar necesariamente por sus manos y con sus propias manos se asegurarían que fuese lo más parecida posible(sino igual) que sus deseos.
Por los motivos que dije éramos pocos los chicos en mi grupo,que empezábamos entonces la secundaria en ese año.La mayoría eran veteranos escolares, chicos que habían fracasado en sus primeros intentos o que se habían anotado tardíamente en la escuela. La mayoría eran más grandes de edad, poco interesados en aprender nada, cualquier cosa que fuese,o chicos de los barrios humildes, hijos de laburantes con los límites culturales del sector social del que provenían. En ese espectro, mi condición de lectora compulsiva, mi casa céntrica a la medida de las exentricidades de mi madre artista y del bolsillo de mi padre profesional,que fue muchas veces punto de reunión, mi flacura excesiva -hoy tan de moda-me hacía el más bicho raro de todos los raros, y sin embargo, por alguna cualidad que conservo y que mi hijo menor ha heredado en versiones aún ampliadas, siendo tal vez siendo una absoluta rareza entre todos, siempre conseguí integrarme a ese y a cualquier grupo, fuera este como fuera, y hasta tenía mi sólido grupo de amigos, de cualidades muy pero muy diversas.
Entre una mayoría mujeril, hice mejores migas con un par de chicas, a las que incluso visitaba en sus casas , y con casi todos los varones, por diversos motivos,creo que fundamentalmente porque estaba más acostumbrada a tratar con varones por el hecho de ser la menor y mujer de tres hermanos, que con chicas y también porque se daba que había unos cuántos adictos raros como yo a los libros.
El destino se encarga de hacer cosas. Casualmente, después de tantos años, una de esas "chicas" que había sido de mis más amigas, me encontró y reconoció en la calle. Y cuando ya pensé que al nombrarme se venía después alguna pregunta sindical, lo que se vino fue que era quien era, que estaban tratando de encontrar a todos los que habíamos compartido la secundaria, y que si me sumaba. Y me sumé. Y ahora estoy rebuscando fotos, y recorriendo guías telefónicas, y atando cabos, reconstruyendo un espacio lejano donde volver para mirarme y ver quien era, quien perduró en la memoria de los otros, que quedó en mi de esos que conocí y amé hace tanto.

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