Más en estos díaas que otras veces,el gris bi-centenario llegó(como no podrá ser de otro modo por mucho tiempo por delante,quizás,siempre)con hambre.
Leo,leo y transcribo: "Somos oradores sin fieles,ideólogos sin discípulos,predicadores en el desierto.No hay nada detrás de nosotros:nada,debajo de nosotros que nos sostenga.Revolucionarios sin revolución:eso somos.Para decirlo todo:muertos con permiso.Aún así,elijamos las palabras que el desierto recibirá:No hay revolución sin revolucionarios". de András Rivera,por supuesto.
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