Me lo crucé en el patio del gremio. Me saludó con una amplia sonrisa. Me pregunté si lo conozco.Seguramente mi mirada denunció mi respuesta. Tal vez lo conozco levemente...¡Conozco a tanta gente!
-No me conoce-dijo terminante y decepcionado.
-Disculpe-dije-perdone, no me acuerdo quién es.
-No se acuerda,-masculló con amargura-yo la aplaudo cuando Usted habla en las Asambleas y Usted no se acuerda...
Me prometo ser más atenta, me prometo no perderme en los disursos,me prometo registrar los aplausos, pero no me creo demasiado. En pro de los hombres, suele pasarme, se me pasa el hombre concreto, como ese compañero que en el patio del gremio hoy me confiesa que él me aplaude cuando hablo.
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