Entonces,la diferencia entre la vida y la muerte e absolutamente mínima.Apenas un centímetro más allá y estará llorando para siempre a mi chico. La densa espera de los hospitales,la incertidumbre,la sangre,las ímagenes sucediéndose unas a otras como de una situación sorpresiva pero a la vez previsiblemente anticipatoria,las lágrimas de mi hijo y yo mezclándose entre la sangre y la magia del corazón que continúa latiendo.
¿Quién de nosotros?¿Quién está a salvo? Escucho su sueño con sobresaltas y con atrasos,de la risa al llanto,del llano al cenit, de la vida a la muerte y otra vez la vida,milagrosa.Me queda un extraño temblor en todo el cuerpo como de una tira que recién se afloja y me desploma hasta caer.
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