...mientras Beatrice filosofaba sobre lo cara que cuesta la verdad,alguien atentaba en mi escuela con sus huellas infames,a las 18hs para que todos los vean...
"falco"(¿o Falcón?declara en inglés interesante mi blog, y los chicos,los nadies,los ningunos, se abren camino entre tanta inmundicia.
Wednesday, August 23, 2006
Sunday, August 20, 2006
"la verdad cuesta cara"...
says Beatrice,mi madre, en esta tarde de domingo. Estaba Lucy, y mis hijos y Beatrice tuvo un "díalogo" de aquellos. ¡Qué dificil es cargar toda la vida una madre así!Juan Angel en dos días cumple 29 años:o sea,tengo un hijo de 29 años. Comimos torata y chocolates que trajo Panchu de su viaje de estudios... Mis dos hermosos muchachos... hermosos hijos mios.
Tuesday, August 15, 2006
como perros...
Erika tiene 5 años.Va al inicial.Está haciendo el tratamiento preventivo por la tuberculosis.Iba al Centro Crecer,donde se enfermó la maestra. Cristián,el hermanito va a 1er grado, y llega todas las mañanas llorando, y tose mucho.Cristian no habla, pero un día se animó a decir: "Seño,decile a mi mamá que no me pegue tanto...pero no le digas que yo te dije porque me va a pegar".Vero, la maestra -sol me lo cuenta y le digo que llame a la mamá.
Me preparo para hincarle el diente, para decirle que ella es un adulto, que el maltrato a los niños, que que... Todavía no reconozco a Erika y a Cristian de los otros niños. Entre 376 todavia no son más que un relato que me traen las maestras. A las 11.30 en punto, hora en que la cite aparece la mamá con su pequeño cuerpo moreno y su sonrisa blanca(siempre me pregunto como es que los tobas tienen, descalcificados como están, unos dientes tan grandes y tan blancos).La pequeña mujer es toba,es de la Comunidad, y mi sorpresa aumenta: los tobas no suelen castigar a los niños.
Vero, la maestra-sol, me mira, empieza con algunas palabras sobre Cristian. decido darme tiempo para pensar. Digo: Primero hablemos de salud. Cuenteme de Erika,del tratamiento.
Después le digo que notamos que Cristian tose mucho, si lo hizo ver. Se le llena la cara de risa y me dice que ellos no están enfermos, no tienen "esa enfermedad". Le digo que cualquiera puede tenerla, que yo fui al médico a que me revisara. Le digo que a veces uno cree que alguien es haragán, vago, que a a veces los chicos no hacen las cosas que los grandes le decimos, y es porque no se sienten bien.Que nos preocupa que Cristian llore todas las mañanas. Se le vuelve a llenar la cara de risa y dice que eso es porque la hermanita,la que está en tercero,lo trae a los apurones.Le digo que cuando uno se levanta a los apurones,a los gritos ,no tiene ganas de levantarse. Que ella tiene que mimarlo un poco a Cristian, tenerle paciencia. Ella dice que ella va al Centro Crecer y entendió que "no es sólo pegarle",que ella antes era muy maldita, pero que ahora entendió, pero que cuando lo mima mucho al Cristian casi le quema la casa...Después dice que ojalá su casa fuera como "ésta"-se refiere a la vicedirección de dos por dos, inhóspita y fría. Que su casa es sólo una pieza, que tiene la cucheta y la cama grande y que eso nomás hay.Que no tiene mesa.Que viven como perros,que no cobra plan,que no tiene documentos.Que el Cristian no conoció al padre, que está en el Chaco.Que la nena más grande tiene otro papá, que ese murió en Coronda,en la cárcel. Que dese que ella está con su marido ,el papá de Erika,ella entendió que a los chicos no hay que pegarles tanto.Que él la trata bien.Que nomás ayer discutieron y ella se fue a fuera,porque no sabe que piensa su marido.Que él se va temprano,que antes que vuelva ella acuesta los chicos, que él changuea, que la casa es tan chica,que ella quiere trabajar,tener un horno y hacer el pan y vender y que haya lugar para que sus hijos estén bien, que a ella le pegaban,que hasta que era grande le pegaban,que el padrastro...(y llora),que ella no quiere mandar a los chicos al centro, que a ella la mandaban, que ella tiene mucha tristeza, que ella no quiere una vida así para sus hijos, como perros...
No sé que pudimos decirle entre la maestra -sol y yo, que inventamos.No sé bien que le contesté cuando me preguntó:¿Qué hago?Le dije algo del horno(yo sé como se hace un horno,he visto hacer algunos,hay un tanque en la escuela que puede servir).Pensé también en el horno a gas que hay en la escuela.Pensé que ayer conseguí el subsidio para la reconexión.Pensé que ese gas lo paga el estado y que no estaría nada mal que las mamás vengan a cocinar en el horno lo que se les de la gana¿no?Pensé que la felicidad queda muy lejos.Que a lo mejor la mamá toba pudo hacerle una caricia a Cristian.Que a lo mejor se haga un milagro y Cristian no esté enfermo.Capaz que no.Después de todo la otra mamá,la que me dijo gracias ,la que me dijo que ella no sabía que esa enfermedad era tan grave,que su papá la tiene,que no se la quiere tratar pero que ahora cuando se opere la próstata lo van a tratar de prepo,que eso le dijo la doctora,que lo tienen que operar porque no orina, y no quiere usar la bolsita porque anda en el carro y le molesta,pero me dijo que su hijo escupía sangre,y la cara no se como se me puso, y me dijo "no se asuste,no viene a la escuela",y le dije que no me asustaba por mí, que me preocupaba por su hijo,pero me dijo que escupía sangre pero no era "esa enfermedad",pero que ahora lo va a hacer ver al más chico, y que gracias,porque yo me preocupaba de los chicos...
El Domingo fui a ver "El Paraiso ahora" y se me ocurrió una idea genial:ir a combatir a Palestina,al Líbano,a Irak, para morisrme de un solo golpe,de una sola muerte, de no llegar a ser ni una estadística. Que esta muerte lenta que vivimos me está matando(y eso que la mamá me dijo gracias,y eso que a lo mejor Cristian esta noche recibió un beso)y eso qué.
Me preparo para hincarle el diente, para decirle que ella es un adulto, que el maltrato a los niños, que que... Todavía no reconozco a Erika y a Cristian de los otros niños. Entre 376 todavia no son más que un relato que me traen las maestras. A las 11.30 en punto, hora en que la cite aparece la mamá con su pequeño cuerpo moreno y su sonrisa blanca(siempre me pregunto como es que los tobas tienen, descalcificados como están, unos dientes tan grandes y tan blancos).La pequeña mujer es toba,es de la Comunidad, y mi sorpresa aumenta: los tobas no suelen castigar a los niños.
Vero, la maestra-sol, me mira, empieza con algunas palabras sobre Cristian. decido darme tiempo para pensar. Digo: Primero hablemos de salud. Cuenteme de Erika,del tratamiento.
Después le digo que notamos que Cristian tose mucho, si lo hizo ver. Se le llena la cara de risa y me dice que ellos no están enfermos, no tienen "esa enfermedad". Le digo que cualquiera puede tenerla, que yo fui al médico a que me revisara. Le digo que a veces uno cree que alguien es haragán, vago, que a a veces los chicos no hacen las cosas que los grandes le decimos, y es porque no se sienten bien.Que nos preocupa que Cristian llore todas las mañanas. Se le vuelve a llenar la cara de risa y dice que eso es porque la hermanita,la que está en tercero,lo trae a los apurones.Le digo que cuando uno se levanta a los apurones,a los gritos ,no tiene ganas de levantarse. Que ella tiene que mimarlo un poco a Cristian, tenerle paciencia. Ella dice que ella va al Centro Crecer y entendió que "no es sólo pegarle",que ella antes era muy maldita, pero que ahora entendió, pero que cuando lo mima mucho al Cristian casi le quema la casa...Después dice que ojalá su casa fuera como "ésta"-se refiere a la vicedirección de dos por dos, inhóspita y fría. Que su casa es sólo una pieza, que tiene la cucheta y la cama grande y que eso nomás hay.Que no tiene mesa.Que viven como perros,que no cobra plan,que no tiene documentos.Que el Cristian no conoció al padre, que está en el Chaco.Que la nena más grande tiene otro papá, que ese murió en Coronda,en la cárcel. Que dese que ella está con su marido ,el papá de Erika,ella entendió que a los chicos no hay que pegarles tanto.Que él la trata bien.Que nomás ayer discutieron y ella se fue a fuera,porque no sabe que piensa su marido.Que él se va temprano,que antes que vuelva ella acuesta los chicos, que él changuea, que la casa es tan chica,que ella quiere trabajar,tener un horno y hacer el pan y vender y que haya lugar para que sus hijos estén bien, que a ella le pegaban,que hasta que era grande le pegaban,que el padrastro...(y llora),que ella no quiere mandar a los chicos al centro, que a ella la mandaban, que ella tiene mucha tristeza, que ella no quiere una vida así para sus hijos, como perros...
No sé que pudimos decirle entre la maestra -sol y yo, que inventamos.No sé bien que le contesté cuando me preguntó:¿Qué hago?Le dije algo del horno(yo sé como se hace un horno,he visto hacer algunos,hay un tanque en la escuela que puede servir).Pensé también en el horno a gas que hay en la escuela.Pensé que ayer conseguí el subsidio para la reconexión.Pensé que ese gas lo paga el estado y que no estaría nada mal que las mamás vengan a cocinar en el horno lo que se les de la gana¿no?Pensé que la felicidad queda muy lejos.Que a lo mejor la mamá toba pudo hacerle una caricia a Cristian.Que a lo mejor se haga un milagro y Cristian no esté enfermo.Capaz que no.Después de todo la otra mamá,la que me dijo gracias ,la que me dijo que ella no sabía que esa enfermedad era tan grave,que su papá la tiene,que no se la quiere tratar pero que ahora cuando se opere la próstata lo van a tratar de prepo,que eso le dijo la doctora,que lo tienen que operar porque no orina, y no quiere usar la bolsita porque anda en el carro y le molesta,pero me dijo que su hijo escupía sangre,y la cara no se como se me puso, y me dijo "no se asuste,no viene a la escuela",y le dije que no me asustaba por mí, que me preocupaba por su hijo,pero me dijo que escupía sangre pero no era "esa enfermedad",pero que ahora lo va a hacer ver al más chico, y que gracias,porque yo me preocupaba de los chicos...
El Domingo fui a ver "El Paraiso ahora" y se me ocurrió una idea genial:ir a combatir a Palestina,al Líbano,a Irak, para morisrme de un solo golpe,de una sola muerte, de no llegar a ser ni una estadística. Que esta muerte lenta que vivimos me está matando(y eso que la mamá me dijo gracias,y eso que a lo mejor Cristian esta noche recibió un beso)y eso qué.
Sunday, August 06, 2006
adios muñeca
No soy del tipo del tipo de mujeres que se parezcan a Brigitte Bardot o a Sofía Loren, por mencionar algunas de las que a mi juicio merecen el título de hermosas que por décadas han ostentado. Pero tampoco me parezco para nada ni a Susana Giménez, ni a Carolina Pelleretti ni a Claudia Shiffer (y tampoco quisiera,en serio). Digo, lo que quiero decir, que mi belleza, si es que puedo suponer que tengo alguna, no es de la que en la circulación cotidiana esté más cotizada.
No hay ningún tipo de rencor ni frustración en lo que afirmo. En realidad, esa medida, la de la norma, es la que aparece como más adecuada para que esté ausente en cualquiera de los aspectos que hacen a mi persona. Por lo demás, no tengo según mis propios parámetros de qué quejarme en cuanto a lo que otros considerarían éxitos y aceptación, aún en ese aspecto, digo,hablo de hombres. Sé que soy capaz de ganarme alguna mirada de soslayo, y algunas que otras de frente. Pero el caso es que todas estas precisiones se neutralizan, por decirlo así, si quien me mira y me lanza un audaz: “¡Adiós muñeca!” no se corresponde ni a mi estilo, ni a mi edad, ni al imaginario que no logro imaginar que se articula, cuando mi vecino de camisa amarilla me increpa.
Voy siempre demasiado apurada o demasiado distraída como para percatarme de lo que sucede alrededor mío, con todos los detalles. No logro identificar el sitio exacto de los rostros, apenas, saberlos vagamente conocidos. Lo más probable es que me olvide de mis registros en el mismo momento en que los realice, autoconvenciéndome de lo imprescindible del hacerlo. Pero en cuanto a mi vecino de enfrente, porque ahora sé que vive enfrente, petiso, bien panzado, y con unos pelos largos de poeta, ha conseguido sorprenderme, hasta el punto de tener que ubicarlo. Por ejemplo, ahora mismo, no puedo evitar su vigilancia mientras intento dar forma a estas palabras, de soslayo por la ventana me espía. Otras veces, se cruza a mi paso, justo cuando más distraída es posible encontrarme, concentrada en la canasta y las compras del día.
Entonces es que me lanza el tan reñido con mi misma, “¡Adiós muñeca!” y me obliga a tantas consideraciones dispersivas.
Él no sabe nada de mi vida. Lo que se ve, puede tener lecturas tan equívocas, que no dudo que en errores de esta índole se asista su intriga.
Él no sabe por qué entro y salgo de casa a tantas horas. Él no sabe por qué tanta gente diversa entra y sale conmigo. Él no sabe, no tendría código con cuál imaginarlo, que hacen conmigo esos jóvenes tan lindos que a menudo me acompañan, tocan timbres en las madrugadas de mis noches, y mi puerta se abre. Él no sabe por qué tantos señores bien parecidos me acompañan ¡ni tendría cómo saberlo!... Pero no dudo que la cuestión pueda resultar inquietante.
He podido el gesto acusador de las mujeres al darme los buenos días. He notado la mirada levemente esquiva e interrogante de las señoras de la casa. A veces me imagino cuánto peor sería si supieran, que todo mi accionar está de alguna forma especialmente dirigido a que su categoría de “decencia” quede en tierra.
Pero con los hombres las cosas suelen funcionar de otra manera, aún para mi vecino de enfrente, seguramente, la decencia de su mujer y de sus hijas es cosa que está a su cargo y mi decencia es cosa mía, y por qué no de la que también se podría sacar algún provecho.
De ese modo yo entiendo el “¡Adiós muñeca!”, y no como un atributo del cual personalmente tuviera motivo alguno para adjudicarme su pertinencia.
Digo,sí es que se trata de entender, si a la sorpresa se le puede adjudicar algún lugar, y aún, si aún existen cosas de las que pueda sorprenderme.
No hay ningún tipo de rencor ni frustración en lo que afirmo. En realidad, esa medida, la de la norma, es la que aparece como más adecuada para que esté ausente en cualquiera de los aspectos que hacen a mi persona. Por lo demás, no tengo según mis propios parámetros de qué quejarme en cuanto a lo que otros considerarían éxitos y aceptación, aún en ese aspecto, digo,hablo de hombres. Sé que soy capaz de ganarme alguna mirada de soslayo, y algunas que otras de frente. Pero el caso es que todas estas precisiones se neutralizan, por decirlo así, si quien me mira y me lanza un audaz: “¡Adiós muñeca!” no se corresponde ni a mi estilo, ni a mi edad, ni al imaginario que no logro imaginar que se articula, cuando mi vecino de camisa amarilla me increpa.
Voy siempre demasiado apurada o demasiado distraída como para percatarme de lo que sucede alrededor mío, con todos los detalles. No logro identificar el sitio exacto de los rostros, apenas, saberlos vagamente conocidos. Lo más probable es que me olvide de mis registros en el mismo momento en que los realice, autoconvenciéndome de lo imprescindible del hacerlo. Pero en cuanto a mi vecino de enfrente, porque ahora sé que vive enfrente, petiso, bien panzado, y con unos pelos largos de poeta, ha conseguido sorprenderme, hasta el punto de tener que ubicarlo. Por ejemplo, ahora mismo, no puedo evitar su vigilancia mientras intento dar forma a estas palabras, de soslayo por la ventana me espía. Otras veces, se cruza a mi paso, justo cuando más distraída es posible encontrarme, concentrada en la canasta y las compras del día.
Entonces es que me lanza el tan reñido con mi misma, “¡Adiós muñeca!” y me obliga a tantas consideraciones dispersivas.
Él no sabe nada de mi vida. Lo que se ve, puede tener lecturas tan equívocas, que no dudo que en errores de esta índole se asista su intriga.
Él no sabe por qué entro y salgo de casa a tantas horas. Él no sabe por qué tanta gente diversa entra y sale conmigo. Él no sabe, no tendría código con cuál imaginarlo, que hacen conmigo esos jóvenes tan lindos que a menudo me acompañan, tocan timbres en las madrugadas de mis noches, y mi puerta se abre. Él no sabe por qué tantos señores bien parecidos me acompañan ¡ni tendría cómo saberlo!... Pero no dudo que la cuestión pueda resultar inquietante.
He podido el gesto acusador de las mujeres al darme los buenos días. He notado la mirada levemente esquiva e interrogante de las señoras de la casa. A veces me imagino cuánto peor sería si supieran, que todo mi accionar está de alguna forma especialmente dirigido a que su categoría de “decencia” quede en tierra.
Pero con los hombres las cosas suelen funcionar de otra manera, aún para mi vecino de enfrente, seguramente, la decencia de su mujer y de sus hijas es cosa que está a su cargo y mi decencia es cosa mía, y por qué no de la que también se podría sacar algún provecho.
De ese modo yo entiendo el “¡Adiós muñeca!”, y no como un atributo del cual personalmente tuviera motivo alguno para adjudicarme su pertinencia.
Digo,sí es que se trata de entender, si a la sorpresa se le puede adjudicar algún lugar, y aún, si aún existen cosas de las que pueda sorprenderme.
"la escritura es la presencia de la ausencia"...
...supe que dijo "papá Freud".Para mí que tiene razón.
Busco,busco,busco:NO ENCUENTRO, allí donde. Tremenda bruma del domingo,este espacio lleno de vacío.
Busco,busco,busco:NO ENCUENTRO, allí donde. Tremenda bruma del domingo,este espacio lleno de vacío.
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