recorro las calles del cementerio hasta encontrar la tumba ya mayor de edad de mi padre.¡21 años!En todo ese tiempo, es esta la tercera vez que llego hasta allí.Renuevo mi compromiso interior con la familia y acomodo unas flores aunque se que pasará mucho tiempo hasta que vuelva por aquí.
lleno cuadernos de objetivos logrados,y un par de acasilleros de "pendientes",sin embargo, he perdido la dicha.Curiosos recorridos de las almas...¿qué sería?
Thursday, December 31, 2009
Sunday, December 27, 2009
adónde sino,
...un terco río marrón como este?
recorro las huellas de mis pasos
que ya no me conducen a ese privilegiado punto del encuentro.
la vida pasa y vamos,sumando muertos.
me quedo prisionera de un recuerdo absurdo:
la fatal diferencia es que entonces era joven.
goglee-por suerte-resuelve todo.
su buscador me devuelve ,sin embargo,una lejana referencia de lo que busco.
inventar algo,eso,inventar algo.
yo,la que nunca me aburro,
me aburro de antemano
de la pasmosa reiteración de los ritos.
recorro las huellas de mis pasos
que ya no me conducen a ese privilegiado punto del encuentro.
la vida pasa y vamos,sumando muertos.
me quedo prisionera de un recuerdo absurdo:
la fatal diferencia es que entonces era joven.
goglee-por suerte-resuelve todo.
su buscador me devuelve ,sin embargo,una lejana referencia de lo que busco.
inventar algo,eso,inventar algo.
yo,la que nunca me aburro,
me aburro de antemano
de la pasmosa reiteración de los ritos.
Wednesday, December 16, 2009
"Maten a la yegua,matenlá"
Ese fue el mensaje que acompañado de acordes militares se escuchó en el avión presidencial a poco del inicio del Juicio a la ESMA.
Es bien sabido que Cristina Fernández gasta en carteras, zapatos, trajecitos, maquillaje, y hasta sombreros una cifra equivalente a la que cualquier mujer tipo desearía poder dedicar a esos rubros.
Cristina Fernández se mueve con soltura en cualquier ámbito público nacional o internacional, no necesita escribir sus discursos, sean estos sobre economía, derechos humanos, seguridad, salud, educación, comunicación, planes de empleo u otros, y a viva voz sin titubeos los expresa ante quien fuere miembro de la sociedad civil o militar, de lo que se puede concluir que Cristina Fernández no tiene a la vista, lo que se dice, ni un pelo de tonta.
No se sabe bien que porcentaje de beneficiarios de jubilaciones, o de asignaciones de salario universal por hijo, o de planes de empleo “Argentina trabaja”, o de empresas subsidiadas la ama, pero es bien cierto que una buena cantidad de ciudadanos, no siempre directamente perjudicados por lo que se llamó el “conflicto del campo”, la detesta.
Y vale recordar, ya que mencionamos el conflicto del campo, que en virtud del voto “no positivo” del Vicepresidente Cobos éste termino a favor de los que reclamaban, lo que sin embargo, y tal como Cristina Fernández había advertido, no provocó absolutamente ningún efecto sobre la economía de los pequeños propietarios del campo y mucho menos sobre los miles de ciudadanos que entusiastamente cortaron las rutas y calles por esos días.
El amor y el odio son sentimientos pasionales y su expresión es propia de algunas esferas de la vida.. El ejercicio de la ciudadanía, como toda actividad pública y de efectos colectivos, demanda una cierta racionalidad, una cierta objetividad que toda pasión obtura.
“Maten a la yegua, matenlá” es un mensaje que cualquier ciudadano conciente, al margen de la pasión que Cristina Fernández le suscite, debiera de poder interpretar como lo que es: Un mensaje que nos va a todos directamente dirigido.
En este país se secuestró personas, se torturó, se asesinó, se saqueó , se atentó contra los trabajadores y los sectores populares y sus organizaciones. Hubo apropiación de niños, identidades sustraídas, crímenes incaducables, de lesa humanidad. Es una historia lo suficientemente densa como para que a nadie le quede margen para hacerse el distraído.
Los asesinos han disfrutado hasta hoy de casi absoluta impunidad. Los asesinos no son viejecitos enfermos y debiluchos que desconocían lo que hacían. Eran parte de un plan internacional conciente de ejercicio del poder en función de los privilegios de una minoría selectísima para desbastar a los pueblos.
Estoy absolutamente convencida que el sistema democrático burgués no representa el interés de los trabajadores. Estoy absolutamente convencida de que las dictaduras, son una de las “etapas” posibles del sistema cuando la lucha de clases se agudiza y todavía los trabajadores no hemos desarrollado la suficiente fuerza como para saltar sobre sus límites.
Se que los juicios por los crímenes cometidos contra el pueblo en la dictadura militar, estarán plagados de límites, los propios que le impone desarrollarse dentro del sistema burgués, y sin embargo es obvio que a los asesinos les molesta estar sentados en el banquito de los acusados.
Creo que Creo que Cristina Fernández es una mujer con sus años, pero elegante, atractiva, inteligente, preparada para la función que la llevó con el voto mayoritario al cargo que ocupa, y condiciones que sin embargo, no tienen por qué colocar a nadie en la obligación de votarla. Yo por ejemplo, no la voté y no lo haría, sencillamente porque sólo deposito expectativas en lo que los trabajadores con nuestra lucha podamos conseguir.
Pero al margen de mi opinión personal sobre Cristina Fernández y otros temas, las responsabilidades históricas son inexorablemente compartidas y por acción u omisión ,opinión o silencio, somos co-constructores de la sociedad que tenemos.
Cristina Fernández puede resultar de piel “insoportable” , pero sumarse hoy al corrillo, de una forma u otra, de los que corean insistentes “maten a la yegua,matenlá”, es ni más ni menos que de asesinos.
Es bien sabido que Cristina Fernández gasta en carteras, zapatos, trajecitos, maquillaje, y hasta sombreros una cifra equivalente a la que cualquier mujer tipo desearía poder dedicar a esos rubros.
Cristina Fernández se mueve con soltura en cualquier ámbito público nacional o internacional, no necesita escribir sus discursos, sean estos sobre economía, derechos humanos, seguridad, salud, educación, comunicación, planes de empleo u otros, y a viva voz sin titubeos los expresa ante quien fuere miembro de la sociedad civil o militar, de lo que se puede concluir que Cristina Fernández no tiene a la vista, lo que se dice, ni un pelo de tonta.
No se sabe bien que porcentaje de beneficiarios de jubilaciones, o de asignaciones de salario universal por hijo, o de planes de empleo “Argentina trabaja”, o de empresas subsidiadas la ama, pero es bien cierto que una buena cantidad de ciudadanos, no siempre directamente perjudicados por lo que se llamó el “conflicto del campo”, la detesta.
Y vale recordar, ya que mencionamos el conflicto del campo, que en virtud del voto “no positivo” del Vicepresidente Cobos éste termino a favor de los que reclamaban, lo que sin embargo, y tal como Cristina Fernández había advertido, no provocó absolutamente ningún efecto sobre la economía de los pequeños propietarios del campo y mucho menos sobre los miles de ciudadanos que entusiastamente cortaron las rutas y calles por esos días.
El amor y el odio son sentimientos pasionales y su expresión es propia de algunas esferas de la vida.. El ejercicio de la ciudadanía, como toda actividad pública y de efectos colectivos, demanda una cierta racionalidad, una cierta objetividad que toda pasión obtura.
“Maten a la yegua, matenlá” es un mensaje que cualquier ciudadano conciente, al margen de la pasión que Cristina Fernández le suscite, debiera de poder interpretar como lo que es: Un mensaje que nos va a todos directamente dirigido.
En este país se secuestró personas, se torturó, se asesinó, se saqueó , se atentó contra los trabajadores y los sectores populares y sus organizaciones. Hubo apropiación de niños, identidades sustraídas, crímenes incaducables, de lesa humanidad. Es una historia lo suficientemente densa como para que a nadie le quede margen para hacerse el distraído.
Los asesinos han disfrutado hasta hoy de casi absoluta impunidad. Los asesinos no son viejecitos enfermos y debiluchos que desconocían lo que hacían. Eran parte de un plan internacional conciente de ejercicio del poder en función de los privilegios de una minoría selectísima para desbastar a los pueblos.
Estoy absolutamente convencida que el sistema democrático burgués no representa el interés de los trabajadores. Estoy absolutamente convencida de que las dictaduras, son una de las “etapas” posibles del sistema cuando la lucha de clases se agudiza y todavía los trabajadores no hemos desarrollado la suficiente fuerza como para saltar sobre sus límites.
Se que los juicios por los crímenes cometidos contra el pueblo en la dictadura militar, estarán plagados de límites, los propios que le impone desarrollarse dentro del sistema burgués, y sin embargo es obvio que a los asesinos les molesta estar sentados en el banquito de los acusados.
Creo que Creo que Cristina Fernández es una mujer con sus años, pero elegante, atractiva, inteligente, preparada para la función que la llevó con el voto mayoritario al cargo que ocupa, y condiciones que sin embargo, no tienen por qué colocar a nadie en la obligación de votarla. Yo por ejemplo, no la voté y no lo haría, sencillamente porque sólo deposito expectativas en lo que los trabajadores con nuestra lucha podamos conseguir.
Pero al margen de mi opinión personal sobre Cristina Fernández y otros temas, las responsabilidades históricas son inexorablemente compartidas y por acción u omisión ,opinión o silencio, somos co-constructores de la sociedad que tenemos.
Cristina Fernández puede resultar de piel “insoportable” , pero sumarse hoy al corrillo, de una forma u otra, de los que corean insistentes “maten a la yegua,matenlá”, es ni más ni menos que de asesinos.
Wednesday, December 09, 2009
tristezas infinitas...
han sido siempre las de diciembre.Hago balances,acomodo proyectos, conteo hechos.No está tan mal lo realizado, no qué va.¿pero cómo mentirle a mi alma que no admite titubeos?INTENSIDAD.En ese sentido rescato, fugaz, ese abrazo.
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