Tuesday, September 16, 2008

LLORA UN NIÑO

Vaya a saber por qué Sabrina estaba apoyada contra la columbna del patio mirando dónde. No era una posición "de cuartel", de formación de despedida y saludo militar.Era, pobre niña,confundida por tantos mensajes simultáneos, posición de niña de esta escuela que alguna vez no quiso ser un cuartel. Era, pobre niña de ojos y risas, y boca, y gritos y sobre todo llantos, una pose cualquiera sin absolutamente ninguna intencionalidad y menos mala, un poco de cansancio a cuestas, apenas, asomando sobre su castigada anatomía.
Hablar a un niño, delicada tarea comunicarse, conectarse desde dónde hasta dónde de uno mismo.
Sabemos de Sabrina tantas cosas, por eso sabemos que es para Sabrina un reto más, una orden de un sentido que desconoce, una estructura que no entiende.
¿Quién es esa señora grandota que le dijo que no podía apoyarse en la columna, qué tenía que estar derechita para saludar, qué desde hoy su lugar en el patio era tal?
Esa señora le robó un pedazo de su patio, el patio de la escuela.¿O no?¿O esa señora era la nueva dueña de la escuela?Cansada de tantos interrogantes sin respuesta Sabrina se abstuvo de decir. No dijo nada. Fue y se puso donde le dijeron ¿total?Tenía todo el resto del patio para ella sola, tenía el salón, los chicos y el abrazo de la seño.¡Ah!Y además, tenía la clave de la venganza:Ella, tan acostumbrada a sortear miedos, no iría a derrumbarse sin más por una nueva amenaza. A la hora de inscribirla dentro suyo, "la achicó". Esa directora nueva y grandota se hizo pequeña en su dibujo.
-Las personas grandes no entienden nada-dijo el Principito.
-Es cansador para las personas grandes estar permanentemente explicando una y otra vez las cosas.
Las personas grandes no entendemos nada.Eso pasa.No entendemos nada.